miércoles, 27 de febrero de 2013

Sistema Integrado

Si observamos nuestro entorno astronómico vemos planetas secos, carentes de vida, por lo menos superficial, con atmósferas altamente tóxicas y aguas inexistentes o congeladas.
Sobre nuestro planeta se generó una Biosfera que aprovecha los recursos del agua, del suelo, del aire y de la radiación solar moderada y prolijamente equilibrada. Pero esa Biosfera exoplanetaria es muy frágil; es una capa, donde intereraccionan la litosfera, hidrosfera y la atmósfera, relativamente delgada.
La vida depende de las reacciones químicas que el calor y la radiación solar provocan en los organismos vivos.
La atmósfera planetaria mide cientos de kilómetros de espesor, pero la vida se da en los primeros 400 metros de altitud. El océano alcanza profundidades de hasta 12 kilómetros o más, pero la vida se desarrolla en los primeros 100 metros. La litosfera mide más de 60 kilómetros de profundidad, pero la vida se da en unos pocos metros de profundidad en el suelo.

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