Los pueblos que reclaman soberanía son considerados rebeldes, y por supuesto, reprimidos, todo ello en nombre del 'progreso'.
A tal punto que los sinvergüenzas heredaron la Tierra, y, por supuesto, la corrompieron. Como no tenemos términos para luchar por la legitimidad y la pureza, nos hacemos "ecologistas".
No hay comentarios:
Publicar un comentario